domingo, 14 de enero de 2018

6.3 EL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868 - 1874): LA CONSTITUCIÓN DE 1869. EVOLUCIÓN POLÍTICA: GOBIERNO PROVISIONAL, REINADO DE AMADEO DE SABOYA Y PRIMERA REPÚBLICA





Genial presentación del compañero Daniel Gómez Valle:

 

El Sexenio democrático de Daniel Gómez Valle


COMENTARIO GLORIOSA

Según Comellas hay una doble revolución de “La Gloriosa “. Una revolución moderada, cuyo líder era Prim y su programa pasa por la monarquía democrática y la Constitución de 1869 (es la propuesta triunfante). Se apoya en militares y gran burguesía. Existe también una revolución radical que se apoya en la pequeña burguesía y las masas obreras. Su líder es Pi y Margall  y su programa es la República Federal con una constitución Federal. El Sexenio Democrático es un período de seis años que separa el reinado de Isabel II del reinado de su hijo Alfonso XII. Se inicia este período con la conocida como Revolución Gloriosa, pronunciamiento militar, en septiembre de 1868, encabezado por los generales Serrano, Prim y el almirante Topete, que estuvo acompañado por un cierto carácter popular y que logra el destronamiento de la reina. Una vez conseguido este se forma un Gobierno Provisional en octubre de 1868.


El Gobierno Provisional está formado por Serrano como Presidente y Prim, Ruiz Zorrilla y Sagasta como ministros con mayor relevancia. Ejercerá sus funciones entre octubre de 1868 y junio de 1869. Lo primero que hará este gobierno es ordenar la disolución de las juntas locales que se han ido formando desde el inicio de la revolución. Después procederá a la convocatoria de elecciones a Cortes Constituyentes mediante sufragio universal masculino para todos los mayores de 25 años, siguiendo los criterios que establecieron los grupos coaligados en el Pacto de Ostende de 1866. De estas elecciones resultará que los republicanos se encuentran en minoría y la Constitución que se vaya a elaborar será monárquica. En junio se promulga la Constitución de 1869, principal logro de este gobierno. Es una constitución democrática puesto que reconoce la soberanía nacional y el sufragio universal masculino para los mayores de 25 años. Tiene una prolija declaración de derechos, reconociendo como imprescriptibles la libertad, los derechos de reunión y asociación, de expresión, enseñanza, la inviolabilidad del domicilio, el derecho al voto y la libertad de residencia. Define como forma del Estado la Monarquía, limitando mucho los poderes del rey, quien ejerce el poder ejecutivo a través de los ministros, quienes son responsables ante las Cortes. Los Ayuntamientos se forman por concejales elegidos democráticamente y el alcalde sale de entre ellos, siendo también democráticas las Diputaciones. Por último, se establece la libertad de cultos, pero garantizando el Estado el sostenimiento de la Iglesia Católica.


Una vez aprobada la Constitución, en junio de 1869, se inicia la Regencia de Serrano, que está caracterizada por la búsqueda de nuevo Rey para España y que dura hasta diciembre de 1870. El Presidente del Gobierno será Prim, quien realizará viajes por Europa entre las distintas dinastías reinantes buscando al candidato idóneo para Rey de España. Esta búsqueda provocará entre otras tensiones el enfrentamiento entre Francia y Prusia que desembocará en la Guerra Franco-Prusiana que supone la liquidación del Segundo Imperio francés y el destronamiento de Napoleón III. Las Cortes votarán finalmente a favor de Amadeo de Saboya, por la presión de Prim, estar bien visto por las izquierdas al pertenecer a la dinastía que se ha enfrentado con el Vaticano y el apoyo de las cancillerías europeas que lo consideran un freno al republicanismo.


El reinado de Amadeo de Saboya (enero 1871-febrero 1873) empieza con un mal augurio, porque nada más desembarcar en España recibe la noticia del asesinato de Prim, Presidente de Gobierno, en un atentado. La pérdida del único hombre capaz de mantener la coalición que había llevado al éxito la revolución supone un duro golpe para la monarquía, del cual no se va a recuperar. Los problemas son numerosos, la insurrección cubana iniciada en 1868 que no se resuelve, la oposición a la monarquía de carlistas, alfonsinos, republicanos y algunos castizos que rechazan a un monarca extranjero. El Rey va a apoyarse para formar los gobiernos en los constitucionalistas de Sagasta y los radicales de Ruiz Zorilla. En abril de 1872 estalla la tercera guerra carlista que aunque se circunscribe a su territorio habitual, mina la acción del gobierno. Todos estos problemas no se podían resolver ciñéndose a la legalidad constitucional, de la cual el monarca era celoso cumplidor. El colofón del reinado llegará cuando se pida al Rey que firme la disolución del cuerpo de artilleros, entonces Amadeo realizará el único acto inconstitucional de su reinado: abdicar. Es el 11 de febrero de 1873.


El mismo día que abdica Amadeo I en las Cortes, estas proclaman la Primera República. El primer Presidente será Figueras con Pi y Margall como Ministro de Gobernación, en un gobierno formado por republicanos y radicales. Los republicanos se encuentran divididos entre federalistas, que quieren la instauración de una república federal y los unionistas. A la vez los carlistas y alfonsinos se abstienen de participar en las instituciones, como harán también los partidarios de Sagasta y los radicales. Las elecciones de mayo darán una amplia mayoría de diputados republicanos, pero con una abstención de más del sesenta por ciento. Se proclama la República Federal y se comienza la redacción de una nueva Constitución. En junio dimite Figueras y Pi y Margall es nombrado nuevo Presidente. Durará poco más de un mes porque se van a ir sucediendo las alteraciones por culpa de la proclamación de diversos cantones, destacando el de Cartagena, porque consiguió hacerse con la flota y el arsenal del puerto. Le sucede como Presidente Salmerón, quien también durará poco tiempo al negarse a firmar las sentencias de muerte contra los revolucionarios cantonalistas. Aún le dio tiempo a dar mayor poder al ejército y reforzar la Guardia Civil, con lo que poco a poco se va volviendo a la normalidad. Todos estos sucesos llevan al traste el trámite para promulgar la Constitución Federal que quedara non-nata. El cuarto Presidente será Emilio Castelar, partidario del reforzamiento del Estado y del Gobierno. Consigue mediante un giro a la derecha frenar el avance carlista y acabar con la insurrección cantonal a excepción de Cartagena. Cuando el Congreso niegue su apoyo a Castelar y busque un nuevo Gobierno, el ejército se rebelará, ocupando el general Pavía las Cortes y disolviendo a los diputados. Se inicia así la segunda regencia de Serrano.

Serrano ejerció el poder dentro de un Estado aún republicano, como una dictadura personal. Basó su gobierno en el restablecimiento del orden dentro del país y en vencer todas las insurrecciones que estaban en marcha. Mientras tanto, Cánovas buscaba apoyos suficientes para conseguir la restauración de la dinastía borbónica en la persona del príncipe Alfonso, hijo de Isabel II. En este sentido el 1 de diciembre de 1874 se hace público el Manifiesto de Sandhurst, redactado por Cánovas y firmado por el príncipe Alfonso, donde declara que si es llamado para ser rey en España, establecerá una monarquía dialogante y democrática. Aunque Cánovas esperaba la instauración de la monarquía de forma pacífica, el general Martínez Campos se adelanta con un pronunciamiento en Sagunto ese mismo diciembre. El gobierno no reacciona y Cánovas forma un gobierno provisional, regresando en enero de 1875 el príncipe  Alfonso ya como rey Alfonso XII.

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